30 ene 2012

La guerra de Hollywood

Ayer por la noche veía en televisión de paga una película de Hollywood que era sobre la difícil vida que llevan los soldados en el frente de guerra, concretamente en Irak (la película está situada en la primera guerra del golfo). Era sobre un batallón de los Marines, el soldado (actor principal) reflexionaba sobre la condición en la que su vida estaba en el transcurso de la pre – guerra en las arenas inhóspitas de Arabia Saudita, él y sus compañeros de tropa van modificando sus personas y comportamientos conforme la guerra se aproxima, el ansia los carcome no solo por el deseo voraz de disparar sus rifles y matar al enemigo sino también por el deseo de sentirse útiles, de cumplir con su deber, de cumplir con la extensión del linaje militar en sus familias.

Pero pasan los días y no entran en combate, los soldados se vuelven presas del aburrimiento, piensan en la chica que les espera en casa, se masturban, piensan en la alta responsabilidad que es salvaguardar la libertad, se masturban, piensan en la condición humana, se masturban, se confrontan con el hecho innegable de que al disparar se convertirán en asesinos, se masturban, piensan en todo aquello que quedo atrás pero aún así vale la pena ser un héroe tipo G.I. Joe, se masturban, etc… Lo de la masturbación es un apunte del narrador no mío.

Por fin la guerra empieza, el batallón es llamado al frente, la felicidad recorre a todos, se trepan a sus carros de la muerte y corren presurosos hacía la frontera con Irak para poder disparar sus ametralladoras, pero, al llegar a Irak se encuentran únicamente con vehículos e irakíes calcinados por las bombas de los aviones y los chorros de fuego de los pozos petroleros que Saddam había mandado quemar para no dejarlos como botín de guerra, los soldados tienen esperanzas de que la guardia republicana aún resista para enfrentarlos y poder disparar aunque sea una bala y poder matar aunque sea una vez pero no sucede así, los soldados se dan cuenta de que la guerra hoy no es como en Corea, Granada, Dominicana, Vietnam, Somalia, etc… los combates con los que soñaron al ver la película de Pelotón cuerpo a cuerpo ya no existen, un avión, un piloto, una bomba, eso es todo, la muerte y la victoria se han modernizado, los soldados se sienten frustrados por no entrar en combate por ende se sienten usados al no poder hacer algo tangible para salvaguardar a su país y la libertad.

Yo soñé ayer que me enamoraba de una gringa y que en algún punto de la relación viajaba a los Estados Unidos a conocer a sus familia, ya una vez estando en familia los hombres (empezando por el mayor) hablaban sobre el orgullo que era tener un linaje militar en la familia, el orgullo que era haber defendido al país y sus ideales matando a aquellos que pusieran en peligro aquello que es sinónimo de paz para ellos, yo sentado escuchando en silencio comenzaba a sentir miedo, mucho miedo al saberme entre asesinos porque un soldado no es otra cosa que una persona entrenada para matar, y mientras comía en silencio escuchando a mi nueva familia no quería juzgarlos por que en México también hay muchos asesinos que son admirados por sus logros que son equivalentes a camionetas, ropas caras, poder adquisitivo, etc… pero de alguna forma la institución de la familia es respetada saben, el que mata en México es un asesino y el que mata en estados Unidos es un héroe. Yo me sentí al despertar un poco desamparado y por eso nunca quisiera estar entre asesinos, mucho menos entre asesinos que matan por dinero pretextando lograr prestigio a través de acto tan cobarde como el de la salvaguarda de la libertad, cuando la libertad es lo que hace que se puedan crear las cosas valiosas de la vida, quien piense que la guerra es valiosa sólo merece nuestro desprecio.

25 ene 2012

LAS CANTINAS

Tengo que aceptar que cuando era niño pasaba por afuera de alguna cantina me asomaba para ver cómo eran, un lugar de adultos, de cigarros, dinero y alcohol. Mi papá fue muy asiduo a las cantinas, en especial le gustaba ir a una que está en el centro se llama El Gallo de Oro ahí hasta la fecha algunos de sus amigos siguen asistiendo por un vaso de vino, brandy o cerveza.

Conforme fui creciendo y entre en la adolescencia mi impresión de las cantinas se modificó y me parecían lugares propios para los viejos, me parecían muchos de ellos decadentes con sus grandes panzas y su incesante afán por fumar, cabe resaltar que las cantinas de antes, llenas de humo parecían lugares viciados, quizá el color de la madera y las paredes era de ése tono medio percudido por el humo del cigarro y bueno ni hablar de los baños son cómo árboles de navidad, los hay de todo tipo desde los más desprestigiados hasta los más cucos, muchos de ellos flanqueados por señores que dedican varios años de sus vidas a la guerra contra la suciedad más nauseabunda como la que se genera en un baño.

Me mude de casa hace unos meses y curiosamente hay varias cantinas cerca; antes de escoger mi actual casa buscaba departamentos en el centro, todos me cuestionaban el por qué quería estar ahí, yo aducía que ya me daba un poco de hueva la condechi, la roma, coyoacán y anexas, quería cosas nuevas, oír anécdotas diferentes, responder a preguntas distintas, conocer personas fuera del mundo en el que comúnmente me desenvuelvo qué es el de las ciencias sociales y entrarle al mundo de las ciencias proletariales, hablar de otras cosas de la vida y etc, etc, etc.

Pero no me mude al final, la nostalgia de tener cerca el deportivo en donde corro me hizo tomar la decisión de seguir en la zona, acá sigo y sigo corriendo tres veces por semana, pero poco a poco he estado visitando las cantinas cerca de casa, una es muy famosa La Reforma cerveza precio estándar y botana decente, La Nueva Mundial más cara pero con una botana que ¡hay güey! me siento tan consentido que con gusto pido más de beber, está la Oaxaca en donde hay ficheras, cerveza precio estándar y botana estándar, pero ayer tengo que confesar que dí un gran paso en mi vida fui sólo a beber a una cantina para disfrutar el liquido refrescante de la cerveza nada más por que sí, tengo 35 años y mi perspectiva sobre las cantinas es distinta, porque las busco, me gusta debatir temas varios con los amigos, ya no se fuma dentro por disposición oficial pero hay algunos establecimiento que tienen las formas mas osadas de consentir al cliente y desafiar a la leyenda del GDF, ayer fui a la Cantina Madrid en la plaza de Santo Domingo, eran las cuatro de la tarde, había una mesa con unas chavas entusiastas de la fotografía, sobre la barra unos señores que deben, de seguro, estar más en la barra que frente al televisor y yo sentadito con mi XX ámbar y cuaderno abierto para escribir las cosas del acá y del más allá, constantemente entraban las gentes que trabajan en la plaza aventaban sobre la barra unos pesos y entraban al baño, en algunos casos en lugar de llegar un aroma a mierda llegaba un olor suave a mariguana, todo sucedía a las cuatro de la tarde en el centro histórico de ésta ciudad. Una magia propia de estos sitios melancólicos.

11 ene 2012

CONSUMIR

Por nostalgia quise volver a leer Las Venas Abiertas de América Latina, después de una conversación con mi amigo Dante, él es mayor de edad que yo y le respeto su intelecto, con honestidad me confesó que no había leído el libro hasta hacía unos pocos meses, de ése punto de partida hablamos un par de horas sobre muchas cosas relacionadas a muchos temas pero en todos existía un tono político, nuestro debate era política antes que nada, sin darnos cuenta estábamos teniendo una sesión dentro de una pequeña cantina y en lugar de agua teníamos tarros de cerveza obscura para refrescar el aliento.

Ahora estoy releyendo el libro y hay frases acuñadas de forma maestra por Eduardo Galeano, me cimbraba por la sorpresa, esa sorpresa de cuando algo que entra en la cabeza se junta con cabos sueltos. He ido aprendiendo con el correr del gusto de la relectura que a lo largo de la historia hay algunos países que desde el principio hicieron uso a su conveniencia de la incredulidad e ignorancia de otros, los habitantes de África, América Latina y Asia han sido considerados desde hace siglos como primitivos, incrédulos, ignorantes y paganos, aún así los lugares dónde habitaban son ricos por la abundancia y fertilidad de sus tierras, tierras de oro, plata, azúcar, frutas y petróleo.

México es, después de Brasil, el mercado más grande América Latina, el número de potenciales compradores ha ido modificando la forma de vida de los mexicanos, en estos días es necesario un teléfono celular, una tarjeta de crédito, un automóvil, ropa acorde al contexto social, computadoras, etc. La sorprendente capacidad de anhelo que muestra en su bloque la sociedad mexicana la vuelve uno de las fuerzas más impresionantes del país, en México se hace dinero del petróleo, después vienen las remesas enviadas por los migrantes desde Estados Unidos y después esta el mercado interno que está suspendido en el comercio formal y principalmente del comercio informal, todas las personas involucradas en ésta fuerza de la economía tiene por objetivo mejorar su calidad de vida, es decir tener una mejor casa, una mejor televisión, mejor ropa, mejor educación, mejor crédito en el banco, etc. En conjunto tenemos claro que el mejoramiento de vida tiene que ver directamente con poder consumir más y mejor.

Hay pocas personas que asocian el bienestar con una buena alimentación, un buen estado de salud, leer y escribir con regularidad, practicar un deporte, convivir y mejorar la naturaleza, etc. Hoy día un hombre o mujer ‘de bien’ es aquél o aquella que es capaz de consumir sin restricción, ése es el prototipo que debe de tener una persona que se aspira ser exitoso socialmente, en otras palabras, un consumidor de éxito.

Recordando a Galeano en su libro queda claro cómo fue que los países dominantes primero empobrecieron a través del robo, luego transformaron en mercancías lo robado para venderlo después de regreso de donde lo habían robado en forma de mercancías varías en aquellos países de dónde había venido la materia prima robada en primer lugar, hoy, éste sistema no es tan distinto. La clase media podrá tener capacidad para consumir sin tomarse la molestia en pensar que cada vez que consume a crédito solamente esta comprometiendo su futuro hasta poder saldar las deudas, en cambio los pobres son presos de su propia situación, no pueden aspirar a mucho y es por eso que arriesgarse a morir de la forma en que lo hacen en el narcotráfico, la policía o el ejército es una decisión fácil de tomar, no importa el riesgo importa el dinero y sobre todo que sea fácil de conseguir. Sólo se está buscando ser el consumidor máximo, el que quede al final con todo y eso es imposible, siempre hay un depredador más grande.