26 ago 2010

Entonces...

Llegó la botella de whiskey y se fue como llego, en la soledad de la sala viendo las plantas que están tan hermosas que re verdean como un solar, viajo hasta el confín de mi existencia, hay tantas imágenes, está el árbol de hule frente al departamento de la infancia, qué tal cuando me caí de él y mi axila se impacto contra la barda que le separaba del concreto de la banqueta, no sé cómo, pero le oculte esta herida a mi mamá como solo el señor arbitro del mundo tiene a bien hacer.

También me vienen a la mente cuando en el auto de Jorge yendo hacía Chiluca con lluvia y él haciendo zigzag con el auto comenzamos a girar hacia el precipicio, pero alguna ley increíble e inverosímil de la física nos impacto contra el cerro y así paro el auto, estábamos atónitos por los colores que el giro nos había regalado, estábamos impávidos, horas después los padres de Jorge nos rescataron y llegamos sanos y salvos a casa, final feliz y tele novelero.

Para mí el infinito es el horizonte del mar, es lo más vasto a lo que yo aspiro, se que la NASA y el Google earth me pueden decir que el mar si es finito, pero yo les puedo responder que eso no es cierto porque yo puedo caminar hacía lo finito que me dice la NASA y Google earth y yo no podre llegar porque moriría en el intento y mi muerte será mucho más grande que todo lo finito que me puedan poner en pantalla, mi muerte trascenderá su concepto de lo finito porque será una inconclusión de la vida misma, eso es la muerte, nada concluso.

Entonces viene el 4 informe donde nos informan de lo que hay que informarse, pero ningún reto, solo números y números pero y eso qué, es como decía Jairo un país que no se puede alimentar es un país arrodillado, vil.

Jim Morrison abre la puerta y sálvanos.