29 dic 2010

Nada que escribir

Pareciese que no hay nada porque escribir, el año se está acabando, la violencia en el país aumenta cada día más, la poca capacidad de ahorro de la mayoría de la gente es cada vez mayor, cerca de mi casa hubo una protesta vecinal para rescatar a unas palmeras, se siguen pisoteando los derechos indígenas, cada día hay más desplazados por la pobreza hacía Estados Unidos, se van sumando muertos en las fronteras con Belice y Guatemala, el Golfo de México es cada vez más sucio, más petrolizado, el invierno nuclear parece que se aproxima cada día más, los avances tecnológicos y científicos para transformar nuestra sociedad consumista y contaminante son cada vez mayores y en esa escala ignorados, cada año se publican más libros, más revistas, mas discos y sin embargo parece que estamos yendo a un pozo de ignorancia, etc. Y aún así no hay nada porque escribir.

Se puede sentir en estas líneas hasta pesimismo por así decirle, sin embargo no es así, cómo no abra nada de qué escribir si entre todos los temas antes escritos hay una abundancia de cosas en las cuáles escoger, yo no puedo escribir de lo mismo que se lee en el periódico y de lo mismo que se escucha en la radio, la televisión y la calle, estoy harto, estoy cansado de escuchar de la muerte, la sanguinaria muerte y su compañera la desgracia, ya no quiero encontrarlas en mi casa y en la calle, todo el tiempo andan por ahí soltando chismes que ocupan nuestros pensamientos y nuestro tiempo llevando etiquetas para que se les escoja: nacional, internacional, espectáculos, deportes, etc.

Ya no hay más que escribir, sin embargo subsisten el teatro, el cine, el circo, la poesía, la literatura, la danza, la comida y en sus universos, la diferencia aún existe. Hay que ser cautos puesto que también existe el teatro televisión, el cine entretenimiento, el narcocorrido, la literatura de auto ayuda, la fast food y muchas otras cosas disfrazadas de rostro humano destruyendo a los resistentes, engañándolos.
Es tan difícil resistir, tal vez la mejor forma de resistir es ceder, en la inferioridad numérica tiene que haber un sentido de unidad, sentarse en círculo y hablar, hablar y hablar para entendernos antes nosotros para luego luchar contra ellos. Hay poco porque escribir pero existe y vale la pena.