26 oct 2011

EL GORDO

Esto lo escribí hace un mes más o menos:

Yo recuerdo haber tenido grandes conocidos apodados ‘el gordo’ uno de ellos era mi papá, hasta la fecha cuando me encuentro con alguno de sus amigos o mis familiares se refieren a él como ‘el gordo’ he visto pocas fotos de mi padre de cuando era joven pero me parece que no era en realidad gordo pero si muy simpático y esa simpatía era gigante como un gordo, tal vez por eso le llamaban así.

Tengo un gran amigo llamado Adrián, nos conocemos hace unos 20 años. En un principio yo era amigo de su hermano Erick. Cuando Erick me presento a Adrián fue por el mote ‘el gordo’ y así hasta la fecha, nunca le he preguntado porqué gordo pero parece que cuando era más niño pues si estaba gordito, ya con el trago y el cigarro dejo de estar gordo y ahora es flaco pero le seguimos diciendo cariñosamente ‘Gordo’

Tuve no una amiga sino una amante a la que le decían ‘la gorda’ y es porque en realidad era gorda, yo la conocí en una noche de copas con mi amigo Rex, fuimos a una cantina del centro de Villahermosa y yo tan borracho vi bien linda a la gorda, la espere a que saliera de trabajar y para que decir más si namas acordarme de ella aquí dice más que mil palabras.

Que chistoso nunca he conocido a una chica que la apoden ‘la gorda’ y sea flaca y le guste que le digan ‘la gorda’, seguro habrán algunos casos pero no me han sido aún presentados.

Mi amigo Javi no es gordo, pero tiene un perrazo llamado ‘el gordo’ este amigo tiene una historia particular, él vivía en casa del Jopo (su antiguo dueño) y un buen día tuvo que viajar fuera y encargo al perro con Javi, estos dos se hicieron entrañables amigos, ‘el gordo’ no era un chaval su hocico casi blanco no ocultaba su edad ya avanzada, pero su sonrisa (porque tenía) era la de un muchacho feliz por su nueva vida.

‘El gordo’ cuando llegabas te saludaba, cuando te servias una chela o un trago se acercaba a que lo acariciaras, si se comía se acercaba para comer, si necesitaba cagar o mear se aguantaba como todo un caballero y el Javi entendía y lo sacaba a cagar y mear, en fin un tipo que no ladraba como perrito histérico, no soltaba mucho pelo y la verdad parecía que él entendía lo que hablábamos y hasta le veía a veces la impotencia en su rostro de no poderse comunicar con nosotros para pedirnos que dejáramos de hablar tantas mamadas.

Hoy ‘el gordo’ murió, recibí una llamada del Javi para pedirme que le ayudara a cargar a ‘el gordo’ de su departamento a la camioneta de la veterinaria para posteriormente cremarlo. Estaba ahí moviendo el cuerpo de ‘el gordo’ y no lo podía creer, sentía un hueco igual a que si alguno de mis amigos se fuera para siempre; yo al menos lo consideraba parte de la pandilla de amigos y hoy querido amigo que me despedí de ti escribo estas líneas para recordarte y homenajearte. Adiós para siempre.