13 jun 2009

Mazatlán

En una de las calles de Mazatlán esta el nombre de un alemán que llego hace muchos años por acá trayendo consigo instrumentos de viento que hoy día le dan vida a esa música que anda por todas partes de la república.


Esa música se asocia con los encabezados de los periódicos, los noticieros de televisión y de la radio, no se puede evadir el hecho de que día a día este estado del país (Sinaloa) esté siendo masacrado por la guerra entre narco y gobierno. Sin embargo Mazatlán (la Perla del Pacifico) es conocida y frecuentada por el turismo nacional y extranjero que gusta de su malecón que es de los más grandes del mundo, él separa la ciudad de la playa, protege la naturaleza del hombre, la arena es limpia y sin basura (tal ves por ser temporada baja).


Recorriendo las calles del centro notaba sus paredes húmedas y viejas que esconden secretos iguales a los de cualquier otra ciudad, pero su tamaño generoso y su diseño arquitectónico me llamaron la atención, note los detalles de las ventanas que con sus bisagras carcomidas por la sal y el tiempo me llevaban a la nostalgia que le viene a uno junto al mar.


Esta ciudad del noroeste de México recibe turistas de todas partes, ellos van y vienen, al final ellos son solo gente de paso, efímeros, no sienten ni conocen la realidad de este lugar. Chema tiene su negocio de renta de camionetas, cuenta que algunos gringos llegan pidiendo ser llevados hasta lugares tan remotos como Can Cun – dizque pa’ conocer el país – nos comenta en tono de burla.


Es aquí además donde se erigió de entre la penumbra el primer complejo de oceánica (centro para el tratamiento de las adicciones), que en realidad es un hotel cinco estrellas donde atienen a adictos muy adinerados, cuenta con playa particular y toda la cosa.


Es en Mazatlán donde narco y gobierno se matan en pro de sus intereses, donde además curan a sus más distinguidos consumidores, es aquí donde vine a asistir fotografía por un par de días, me llevo pese a todo gratas impresiones. Que buen inició de año.