30 abr 2010

La niña y el chino

Acto 1

Hace algunas semanas solo se hablaba de la desaparición de una niña en su casa, la mamá llamó a la policía, un par de días después de aquella llamada se cateo la casa con perros y toda la cosa, al final el resultado fue un tanto lógica (si tomamos en cuenta que la mamá había hablado a la policía declarando a su hija desaparecida) la niña no estaba en la casa. Así fue como se empezaron a fraguar teorías y debates de expertos tanto en la televisión como en la calle, el país entero comentaba la desaparición de la niña.

Acto 2

La niña aparece muerta debajo de su cama 10 días después, de aquella llamada de la mamá pese a que la policía cateo la casa con todo y perros.

Acto 3

La mayoría de la gente del DF y seguramente del resto del país se preguntaban ¿cómo era posible qué no encontrarán a la niña debajo de su cama, policías y perros?

Como se llamo la obra... (Parece que nadie lo sabe)

Paulette es un caso para analizarse, no tanto por el desempeño de la autoridad, sino el de nosotros y nuestra capacidad de analizar la información después de recibirla por todos los medios de comunicación posibles.


Analicemos lo siguiente:

Año 2004 la policía entra a una casa
del empresario chino-mexicano Zhenyi li gong ubicada en las Lomas de Chapultepec, ahí son encontrados 205 millones de dólares, este hallazgo fue hecho sin que ningún vecino o el propietario del inmueble hablará por teléfono a la policía (como la mamá de Paulette) pidiéndoles que vayan a casa para ayudar en la búsqueda de 205 millones de dólares en billetes de baja denominación perdidos. Hoy año 2010 la policía no es capaz de encontrar a una niña debajo de su cama.


La gente comenta en la comida, en la cervecita, al medio tiempo del fútbol, etc. ¿cómo es posible que algo así suceda (lo de encontrar a la niña 10 días después)? cuando policías y perros revisaron la casa.

Las preguntas que nos quedan son varias y se tiran al aire:

¿la policía retrocedió desde aquél glorioso 2004 de los 205 millones de dólares?

¿Los policías han bajado su rendimiento desde entonces o es que hoy día su entrenamiento y capacitación es de menor calidad?


¿Son o se hacen?


¿Estarán motivados a hacer correctamente su trabajo con esos sueldos que perciben?


¿Los perros comieron porquerías el día de la búsqueda?

¿Zhenli Ye Gong es pu... y le va al América, por no mocharse y esa es la verdadera razón por la cual está en el bote?

En fin hay mucha tela para cortar y además hay de donde, pero en mi opinión ambos casos son mal presentados por los medios, siempre están vistos y analizados desde una perspectiva amarillista fomentando solo el chisme y no él análisis de las cosas, no se pretende verdaderamente informar sobre una situación lamentable de una niña perdida sino especular sobre los porqués de el circo que se monto, esto en parte se debe a que los reporteros al escribir las notas solo recogen las declaraciones vertidas por los protagonistas principales de las historias que son nuestras autoridades y en ningún momento nos dan sus reflexiones al ser testigos presenciales de los hechos, mucho menos su análisis imparcial del evento.


Muchos no lo hacen porque están siendo seguidos y observados por los intereses de sus jefes y de los amigos de sus jefes y también (por supuesto) de las autoridades (gobierno, políticos y medios) que se pavonean ante todos nosotros expresando su sincera y profunda preocupación por mejorar la situación apremiante en la que se vive.


Ante personajes e instituciones tan fuertes e impunes es difícil para aquellos que con pasión por su profesión juntan el valor necesario para hablar con imparcialidad y objetividad, consientes de su papel como actores sociales cuyas acciones tienen impacto inmediato y a largo plazo en la sociedad.


La policía no es para la represión, la policía debe de estar ahí para ayudar a prevenir el crimen y para intervenir firmemente en caso de ser necesario, hay muchos reporteros que se olvidan de estos principios, se enfocan solamente en aquellas cosas vánales que idiotizan y generan chisme con el único fin de vender más televisión, radio, periódicos y revistas. Que el señor arbitro del mundo nos agarre confesados.